martes, 15 de agosto de 2017

Triste victoria

Pronto llegará el equinoccio; y así
pronto te olvidarás de esta aventura.
Negarás este amor, y la censura,
que te impone tu razón baladí,

borrará los versos que te escribí
este añil verano, en que la locura
de quererte no se tornó en tortura,
sino sensual placer que te ofrecí.

Terminando septiembre, en tu memoria,
cuanto vivimos se oculta en la bruma:
los besos que escribían nuestra historia.

El adiós se llegó sin moratoria;
tanto añoro nuestro amor que hoy se esfuma
que quererte ayer fue triste victoria.

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