lunes, 29 de enero de 2018

El ángel y el hombre

El hombre miraba su cuerpo inánime con una triste expresión en su cara.
- Estamos tan acostumbrados a los finales felices, que nos sentimos defraudados cuando al final perdemos la batalla. – dijo el ángel, con su voz tranquila y reconfortante, apenas acompañado de un temblor en sus grandes alas mientras colocaba amorosamente, su mano en el hombro del hombre.
- Sí, lo sé. Pero siento aun esta rabia, esta impotencia de no haber sabido dar la talla. – dijo el hombre, que seguía viéndose a si mismo, aunque aquel mundo terrenal se le iba haciendo cada vez más extraño y alejado.
- Qué tontería. Diste la talla de sobra. Sólo pierden las batallas los que las luchan. Nadie gana eternamente. – dijo el ángel.
- ¿Y ellos? – preguntó el hombre.
- Ellos te llorarán, te echarán de menos, pero llegará el momento en que les reconfortará el recuerdo del tiempo que compartieron contigo.
El hombre miró la serena cara del ángel. Su cuerpo, su familia y sus amigos apenas se podían distinguir ya, tantos velos habían caído entre ellos y el hombre.
- ¿Vamos ya? – dijo el ángel.
- Vamos – respondió el hombre.

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