sábado, 3 de febrero de 2018

Te veo acechándome

Te veo acechándome, pero de nada te vale.
Frente a la náusea, yo escucho a Sinatra.
Afila tus garras, da igual.
Durante la quimio, tengo a Horacio Quiroga y sus cuentos de la selva, navego bajo las aguas en el Nautilus y resuelvo asesinatos con Poirot. Prueba a romper éso con tu mazo sediento de oscuridad y destrucción.
Y si al final ganas la última batalla y crees que has vencido esta guerra, si acaso te regodeas en la metástasis, y te da por llamar ya a la muerte de negro manto y afilada guadaña, borra de tu fea cara esa sonrisa malvada, abre bien los ojos y fíjate bien: quién está conmigo, quién me seguirá sujetando la mano hasta el final, en quién dejaré mi recuerdo.
Así que, pase lo que pase, salga de aquí como salga, yo sigo ganando. Lanza tu mejor golpe, que me seguiré levantando, hasta que te canses.
Porque tengo a John Wayne en La Diligencia, y tengo a los AC/DC en una autopista al infierno, y tengo el Guernica de Picasso, y tengo a Alfredo Landa en el Crack, y tengo a Les Luthiers y su Mastropiero, y tengo a Jimmy Hendrix tocando con su zurda una guitarra celestial. Y a Miguel Hernández, y a Antonio Machado, y a García Lorca. Y tengo a Cary Grant, y a James Stewart, y la voz de pato de Humphrey Bogart. Y a Lauren Bacall, que le silba, y a Katherine Hepburn con Spencer Tracy. Y a Laurel y a Hardy.
Y tengo a mis amigos.
Y tengo a mi familia.
Y me tengo a mi mismo, y esta rabia que no sabías.
Y tengo puzles por empezar y terminar, y piezas que perder y cagarme en todo. Y tengo libros que escribir, y cartas que responder, y películas que ver de nuevo en blu ray, y en lo que salga después del blu ray. Y noches en que no dormir, y cuerpos que redescubrir, y notas que firmar, y broncas que dar y recibir, y perdones que pedir y regalar. Y meriendas y cafés, y cenas a la luz de la luna, y mañanas de invierno, y tardes de verano.
Clava tu puñal si quieres: en la espalda, el pecho o en el costado. Que yo seguiré suspirando, y te seguiré enseñando este dedo anular, ¿lo ves?
Así que de frente, o de canto, o como te dé la gana, lanza tu puño y atrévete.
Porque tengo aún mucha mala leche, y respuestas a destiempo, y faltas de respeto, y preguntas incómodas, y meteduras de pata. Y los huevos cuadrados.
Así que sal de tu escondrijo, y dispara con todo lo que tengas.
Porque esta partida hace tiempo que la gané yo.

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