martes, 26 de septiembre de 2017

Destierro de los sentidos

Vacío,
el silencio.
Soledad que se enfría
en el destierro de los sentidos.

Una copa de vino.

Apenas tres líneas que se esconden,
que se confunden.
Palabras unidas y desvarios.

El cerebro en huelga,
permiso sin sueldo.

En los umbrales de lo analógico
otra vez tirita el teléfono,
ya ni a imitar el latón se atreve.
Un día hablaremos con unos y ceros
y nuestros acentos se perderán
en los redondeos.

Media botella de Rioja,
tirando por bajo,
y ya la sintaxis y la ortografía
comienzan a confabular con el teclado.

Mi lengua ya no rinde,
mi cerebro se esconde abochornado
y mi mano espera inútilmente
otra mano.

Un océano por medio
y tu mirada se escapó a otro continente
y tu risa y tu caricia y mi alma.

Esta noche sólo ecos persisten,
y vacío,
y soledad desterrada,
y los sentidos entumecidos
apenas se creen que están vivos.

No hay estrella que me haga olvidarte,
ni nube que me enternezca.

Soy de hierro,
soy de piedra.

Soy el rey de este instante.
Soy lo que quieres que sea.
Soy a veces nadie.

Dios y demonio,
ángel y serpiente:
el pecado y
la hostia puta,
la meretriz y
el caballero andante.

Un océano por medio
y solo me quedan palabras
heridas por el abuso y la literatura,
moribundas.

Y aquí sigue el vacío,
y el frío y la soledad,
y apenas los sentidos.

Podría hacer un esfuerzo
y fingir que me importa,
pero ya no engaño
más que al que cierra los ojos y reza.

Y veo labios,
pero no son tuyos.
Maldita sea, no son los tuyos.
Ni tus ojos, ni tu mano.
Ni tu pecho.
Y qué coño: ni tu coño.

Te echo de menos en tantos aspectos
y te comería a besos, sí,
Pero bien sabes
que te follaría ahora mismo hasta
que me digas basta.
Hasta que me bañe en tu sudor
y me funda en tu piel.
Hasta que me acompañe el olor de tu sexo.

El sabor de tu sexo.
El calor de tu sexo.

Y llenar este vacío,
perder esta soledad,
y calentar y desterrar este frío,
y olvidarme de los sentidos.

¿Dios y diablo? No me engaño.
Más bien mortal de raída alma.
Uno más en el montón de arena,
una oveja cualquiera del rebaño.

Soy y estoy por un momento,
mañana... Mañana hablamos, o si no, pasado.

Y después...
Vacío,
silencio, soledad,
y destierro de los sentidos.

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