martes, 26 de septiembre de 2017

En esta soledad imperfecta (palabras)

En esta soledad imperfecta,
esta ausencia de tu cuerpo y de tu alma,
aquí, ahora,
como el que sueña y sabe,
que la mañana llega siempre tarde.

En esta habitación,
en esta eterna espera,
te escribo estas palabras...
pero las palabras no son más que éso,
palabras, y
sigo esperando,
otro día más,
un instante tras otro,
tras otro,
y tras otro,
una larga hilera de instantes,
estos instantes sin ti,
estas palabras sin ti,
estas manos que no te tocan
y estos labios que no te besan,
en esta soledad imperfecta,
en esta ausencia tuya y mía,
en este vacío y esta geografía
y esta distancia,
repleta de palabras que
escribo y no te digo,
en esta eterna procesión de instantes
que se deshacen en el olvido,
en el silencio,
en la sombra de esta habitación,
en la que te escribo.

Estas palabras que de tanto sentirlas
se me van deshilachando,
estas palabras que se rompen a veces,
que se gastan y se encienden,
que se consumen y se pierden,
que me odian
y me quieren.

Estas palabras que esperan conmigo,
en esta soledad imperfecta,
en este invierno frio y largo
en el que se empeña el destino
en embarcarnos,
cada uno por su lado,
pero no,
porque no hay lado que no sea
el nuestro,
no el tuyo,
ni el mío,
solo el nuestro.

Y si las palabras se pulen,
redondas, gastadas,
y si ya no dicen nada,
dejaremos paso a los labios,
las manos, la piel,
y si hay océanos por medio,
navegaremos,
o volaremos,
o soñaremos,
o inventaremos
nuevas palabras que nos acerquen
y que sepan decirte
te quiero
en la lengua que sea,
en la que entendamos,
sin que suene
a eco de otras palabras,
como si las hubiéramos inventado
y nadie nunca
hubiera querido,
sólo nosotros,
sólo nosotros.

Cuando esta ausencia
deje de ser ausencia,
y sea sólo recuerdo,
una palabra,
sólo una palabra.

Sólo una palabra.

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