martes, 13 de febrero de 2018

Otra historia de amor

Nunca dejan de sorprenderme. Me paseo entre ellos intentando entender qué les ronda en la cabeza, qué les hace tan fascinantes a pesar de su fragilidad, por qué son capaces de lo mejor y de lo peor en aras del amor. Nunca he encontrado una explicación que satisfaga todas mis preguntas.
Quizás sea lo efímero de su existencia. O quizás el instinto de preservación como especie. O una mezcla de todo. O nada. No lo sé. No creo que encuentre nunca la respuesta. He experimentado mil y una vez, mezclando parejas de todas las formas posibles y hasta las imposibles, y sigo sin comprenderlo.
Desde aquí, sentado en este tejado, invisible a los mortales, tenso mi arco y tomo una flecha con punta de oro. Escojo entre el gentío otra víctima más, y sin que me tiemble el pulso dejo que la saeta surque el aire y atraviese su corazón. Contemplo embelesado el cambio que se produce, como sufre y se deleita al mismo tiempo cuando piensa en el objeto de su amor, como aparecen de repente las mariposas en el estómago y el terrible martillo de los celos.
Y de nuevo asisto en primera fila a otra historia de amor.
Cómo me gusta esta mierda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario