En esta ocasión los relatos debían empezar con "Su padre también le dejaba conducir la furgoneta...".
Título: ¡Esa es mi niña!
Su padre también le dejaba conducir la furgoneta. Por supuesto, con el motor apagado y el freno de mano bien puesto. De pie, sobre el asiento, se aferraba al volante con toda la fuerza de sus seis añitos y jugaba a ser ella la que llevaba los pedidos por la ciudad. Antes, Arturo le había dejado enredar un rato con su caja de herramientas.
– ¿Y no quieres jugar con la Nancy o con la cocinita? – le preguntaba, mostrándole tentador la muñeca.
Manuela negaba con la cabeza, y él volvía a sentirse secretamente orgulloso.
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