miércoles, 9 de junio de 2021

Cae la noche

    Cae la noche y aquí sigo, juntando palabras, pero hoy, en algún lugar de mi cabeza hay algo que me distrae y las frases no salen certeras y exactas. Pienso en mis padres. Aguantan aún, y el hecho de que ya no sea ningún crío me ha hecho darme cuenta del inexorable paso del tiempo.

    Inexorable. Menudo palabro.

    Frases certeras y exactas. Vamos, anda.

    No encuentro las palabras, hoy no vienen. Hoy está lejos la inspiración.

    En mi cabeza sigue rondando la imagen de mis padres. Me recuerdan, sin decirlo, que algún día yo seré como ellos (seré ellos), y ahora, que pasaron suficientes años y ya no me siento inmortal, me asfixia esta sensación de saber que se me acaba el tiempo.

    Por eso insisto en enfrentarme al papel en blanco (a la pantalla del ordenador).

    Por eso me empeño en escribir, y borrar, y volver a escribir.   

    Por eso… ¿Es por eso?

    No lo sé. Hoy apenas sé nada. Hoy solo me salen palabras como «inexorable», o «frases certeras y exactas», y no es eso lo que quiero, no. Quiero escribir algo que sea… ¿verdad? Quizás «verdad» no sea la palabra. Y es que hoy todo me suena a artificio. Hoy todo parece mentira.

    Hoy no voy a escribir la gran obra que me dará la gloria. De estas teclas no saldrán esta noche las líneas que me harán perdurar en la memoria de los otros. Quizás mañana tampoco. Es probable que nunca. Debería irme a dormir. Debería olvidarme de escribir, y de soñar tonterías. Tantos deberías, y tan poco tiempo.

    Cae la noche y aquí sigo, juntando palabras.

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